"De aquí para adelante ya tenemos el cielo comprado": la fe y gratitud de Mimy Succar tras ganar dos Grammy

Mimy Succar contó en Sonidos del Mundo cómo pasó de cantar en reuniones familiares a ser nominada al Grammy y ganar dos premios junto a Tony Succar, su hijo. Foto: captura.
Mimy Succar, cuyo nombre completo es Miriam Tayrako Sakaguchi de Succar, visitó el programa Sonidos del mundo y dejó al descubierto una historia de vida que bien podría haber salido de un cuento.
La historia musical de Mimy tiene raíces profundas. Su padre, amante de la música, le inculcó ese amor desde pequeña. Tocaba armónica, maracas y otros instrumentos. Su madre, por su parte, cantaba junto a sus hermanas en la colonia japonesa. “Siempre hemos escuchado desde chiquito”, contó Mimy, y resaltó que la pasión por el arte viene también “del carisma que Dios te da a veces”.
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DEL AMOR AL ESCENARIO
La artista recordó con humor el día que conoció a Antonio Succar, su esposo, durante una fiesta en Chosica. Él no había sido invitado, pero igual apareció. “Le di un teléfono inventado”, confesó riendo. A pesar de eso, el destino los volvió a juntar gracias a un amigo común. “Cuando lo vi, sí me acordé: de todos los que había bailado, era el más guapo”, recordó.
Antonio, de origen libanés y español, logró ganarse a su familia, especialmente a su padre, con una frase que Antonio nunca olvidó: “Ni cien policías me podrían obligar a cruzar el horno de la puerta de su casa si no estuviera convencido del amor a su hija”.
La pareja se casó y emigró a Miami durante la crisis de los años 80. Allí formaron Mixtura Band, un grupo multicultural con músicos de distintas nacionalidades. Tocaban música peruana y ritmos latinos como salsa, merengue, bachata y cumbia.
TONY SUCCAR: EL HIJO, EL PRODUCTOR, EL IMPULSO
Sus hijos también se sumaron al proyecto. Tony, quien inicialmente soñaba con ser futbolista, terminó en la música gracias a una jugada del destino. Un día, el baterista de la banda los dejó plantados y fue entonces que Antonio propuso: “Yo creo que Tony puede tocar con nosotros”. Así empezó su camino musical, que lo llevó a estudiar en una universidad en EE. UU., presentarse ante un jurado y brillar con un solo que interpretó “de oído”.
Mimy contó que el director de la banda universitaria quedó impresionado con su ritmo. Desde entonces, el joven músico no paró. Llegó a producir el álbum Mimy & Tony, luego de una emotiva aparición de su madre en La Voz Perú, donde lo sorprendió cantando Químbara.
EL DESPEGUE TARDÍO QUE INSPIRA
Tras esa presentación, Tony decidió grabar un single con ella: No me acostumbro. “Nunca en mi vida había estado en un estudio de grabación, más que para darle agua y comida a los cantantes”, recordó. Pero el resultado fue tan poderoso que Tony no dudó en producir un disco completo.
Ese álbum fue nominado al Grammy Latino. A pesar de no llevarse el premio ese año, Mimy destacó que más adelante llegó la gran recompensa. “Este era tu año”, le dijo Tony, refiriéndose a Alma, corazón y salsa, un disco en vivo que sí ganó dos premios Grammy: Mejor Álbum Tropical Latino y otro por su colaboración con Sheila E. y Gloria Estefan en Bemba colorá.
“TU MAMÁ ES UN TESORO”
Mimy aún recuerda cómo reaccionaron los grandes artistas al escucharla. “Tu mamá es un tesoro que lo tenías en tu casa y no te habías dado cuenta”, le dijo La India a Tony, según recuerda Mimy. Por su parte, Sheila E. pidió especialmente que Mimy cantara con Gloria Estefan.
Mimy interpretó esas palabras como una señal de que estaba en el camino correcto. A sus 65 años, afirma sentirse plena y agradecida. “La edad la tienes en el almanaque nomás”, expresó con una sonrisa.
Con emoción, Mimy también contó que uno de los dos Grammy que recibió lo dedicó a su padre, quien cumplió cien años. “Siempre te quiero y siempre te llevaré en el corazón”, le dijo.
UNA MUJER, UNA VOZ, UNA INSPIRACIÓN
Con raíces completamente japonesas, Mimy bromeó diciendo que “(de la Bemba colorá) no tengo nada”, pero asegura que el espíritu de Celia Cruz vive en ella. “Me transformo y me siento en ella, me reencarno en ella”, afirmó. Su conexión con la salsa es tan natural, que para muchos se ha convertido en un símbolo de perseverancia y talento.
Hoy, muchos artistas quieren colaborar con ella. Sus hijos ya planean un próximo álbum. “Mamá, se vienen muchas cosas”, le dijeron. Y ella, feliz, solo responde: “Yo estoy disponible, ustedes son el cerebro”.
La historia de Mimy Succar es la prueba de que los sueños no tienen fecha de caducidad. Como dijo Mabela al despedirla: “Si no hubiese existido Mimy, no hubiese existido Tony”. Y eso lo resume todo.
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