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Mikhael Page y Karina Jordán sacuden las redes desde el escenario con "Daño"

En "Presencia cultural", Mikhael Page y Karina Jordán hablaron sobre "Daño", una obra que retrata la obsesión por las redes sociales y la necesidad de ser vistos. Foto: captura.

En "Presencia cultural", Mikhael Page y Karina Jordán hablaron sobre "Daño", una obra que retrata la obsesión por las redes sociales y la necesidad de ser vistos. Foto: captura.
12:28 horas - Jueves, 23 Octubre 2025

En Presencia cultural, Denise Arregui conversó con el director Mikhail Page y la actriz Karina Jordán sobre la obra "Daño", un intenso monólogo que desnuda nuestra obsesión por las redes sociales y el deseo constante de ser vistos.

En el Teatro Británico se presenta "Daño", una puesta en escena que mezcla humor, drama y una buena dosis de reflexión sobre cómo las redes sociales moldean —y distorsionan— nuestras emociones. La obra, escrita por la dramaturga inglesa Phoebe Eclair-Powell, es dirigida por Mikhail Page y protagonizada por Karina Jordán, quien se luce en un exigente monólogo que deja al público entre la risa y la incomodidad.

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La conductora Denise Arregui destacó durante el programa: “La he disfrutado mucho porque retrata con mucha verdad y con excelente sentido del humor los tiempos que corren, donde un like se ha vuelto más importante que una sonrisa o una mirada”.

UNA CRÍTICA A LA SOCIEDAD Y SUS CONTRADICCIONES

Para Mikhail Page, la motivación detrás de Daño nació de su interés en dirigir un monólogo tras haber trabajado con un elenco de veinte actores el año anterior. “Leí varios monólogos y encontré este de "Daño". Era un tema que no se había tocado en el teatro de esa manera”, comentó.

El director explicó que la obra no solo se enfoca en las redes sociales, sino que apunta a algo más profundo: “No es necesariamente una crítica a las redes, sino a la sociedad. Cómo está construida, cómo está enfermamente equilibrada para que las cosas sean cada uno en su orden y no lo cuestionemos”.

UN TEXTO QUE DESAFÍA

Karina Jordán recuerda con claridad el momento en que Page le propuso el proyecto: “Me la mandó y no podía parar. Fue como un terror. ¿Por qué Mikhail quiere que yo haga esto?”, confesó entre risas. Sin embargo, aceptó el reto porque reconoció la potencia del texto.

Phoebe le da humanidad a los odiadores. Nos hace pensar qué tan odiadores somos quienes hemos gestado a estos haters”, reflexionó la actriz. Jordán destacó que trabajar este personaje implicó enfrentarse a su propia oscuridad: “Hay que comenzar a trabajar con tu propia oscuridad (…) esto es un desafío y le agradezco que me haya desafiado de esa manera”.

EL HUMOR COMO CABLE A TIERRA

Aunque la historia aborda temas densos, el humor ocupa un rol clave. Denise Arregui lo celebró en la entrevista: “Gracias por el humor que hay en la obra, porque si no, todos estaríamos al borde de la locura como el propio personaje”.

Page coincidió: “Me gusta un humor que por momentos no sepas si reír o llorar. Creo que el humor no tiene moral. Si algo es gracioso, es gracioso”.

Karina añadió entre bromas que su director evitaba decirle que estaba siendo divertida durante los ensayos, “porque dejas de ser graciosa cuando te lo dicen”, lo que muestra la complicidad que ambos construyeron en escena.

LA VIDA DETRÁS DE LAS PANTALLAS

Para Karina, el tema de la obra conecta directamente con su experiencia personal. “He visto nacer el Hi5, el Messenger y todas las redes sociales. Hoy puedes destruir vidas con un comentario”, confesó.

También habló de la presión que sienten los actores por su presencia digital: “Hoy en día el número de seguidores cuenta para que te llamen a un proyecto y eso es terrible”. La actriz admitió estar en una “crisis dentro de mi identidad virtual”, una reflexión que la obra ha profundizado.

Por su parte, Page reconoció la contradicción de usar las mismas plataformas que critica: “Vendemos nuestras obras por Instagram y Facebook. Es una herramienta necesaria y vital, pero siempre me genera contradicción”.

ENTRE LA ENVIDIA Y LA SOLEDAD

Durante la conversación, Karina abordó una de las emociones más humanas que atraviesa el texto: la envidia. “No es bonito envidiar, pero es casi imposible no comparar tu vida con otras. Si a eso le sumas el negocio detrás de lo aspiracional, todo se vuelve más complejo”.

La actriz añadió que Daño también revela la necesidad de pertenencia: “Creo que hay un montón de personas que necesitan un desfogue, un lugar de pertenencia, porque estamos muy solos”.

UNA OBRA PARA PENSAR(SE)

Más allá de su tono corrosivo y divertido, "Daño" deja un mensaje esperanzador. Page lo resume así: “La obra apela a la humildad. Plantea que no todos tenemos claro lo que queremos, pero todos estamos buscando hacer lo mejor posible”.

El resultado es un montaje que hace reír, incomoda y deja al espectador con más preguntas que respuestas.

Puedes ver la entrevista completa con Mikhail Page y Karina Jordán en Presencia cultural, disponible en nuestro canal de YouTube.

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