Fe, milagros y renacer: la historia de Fabio

En Hora contacto, se presentó un conmovedor testimonio que recordó el poder de la fe y la devoción al Señor de los Milagros. La historia de Fabio, un adolescente de 13 años, conmovió a todos por la forma en que su vida cambió gracias a la fe de su madre y al Cristo Moreno, símbolo de unión y esperanza para millones de peruanos.
Desde niño, Fabio enfrentó una enfermedad desconocida que puso en riesgo su vida. En medio del miedo y la incertidumbre, su madre decidió entregarlo al Señor de los Milagros. Desde ese momento, el niño comenzó a recuperarse, y hoy, años después, carga el anda con la misma fe con la que su madre lo encomendó aquel octubre.
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UNA MADRE ENTRE LA FE Y EL MIEDO
La madre de Fabio recordó los momentos más duros de su lucha. “Ese tipo de convulsión es que el niño se pone totalmente rígido y despertaba con la mirada a un punto fijo hacia arriba”, relató. Aquellos episodios la llenaban de angustia. Sin embargo, encontró fortaleza en las palabras de su propia madre: “Entrégalo al Señor”.
Ese 18 de octubre, durante la procesión en la avenida Tacna, realizó el acto más importante de su vida: dejar el destino de su hijo en manos del Cristo de Pachacamilla. “Tú eres su madre. Entrégaselo con mucha fe”, le dijo su mamá. Desde entonces, Fabio es considerado por su familia como “la prueba de que el Cristo Moreno responde”.
MILAGROS QUE CRUZAN FRONTERAS
El programa también destacó cómo la devoción al Señor de los Milagros se ha extendido más allá del Perú. Procesiones se realizan en Chile, Argentina, Estados Unidos y otras partes del mundo, convirtiéndose en una manifestación global de fe y esperanza.
La historia de María del Carmen y su hijo Eduardo Ernesto Li Bernales, integrante de la hermandad del Señor de los Milagros, también fueron parte del informe. Ella fue diagnosticada con un tumor que amenazaba su vida, pero su hijo se aferró a la fe. “Yo me acuerdo clarito cómo fue ese día, un 19 de octubre”, recordó Eduardo. Su madre, sin esperarlo, ofreció flores al Cristo Moreno y, días después, los médicos confirmaron que el tumor se había calcificado.
Cada octubre, Lima se tiñe de morado. Miles de fieles salen a las calles entre cánticos, lágrimas y promesas, recordando que el Señor de los Milagros no es solo una imagen en un muro, sino un símbolo vivo de fe y esperanza que late en el corazón de los peruanos.
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