La impaciencia puede ser vista como un defecto y generar malestar en las personas, pero ¿por qué ocurre esta sensación?

El pscioterapeuta Daniel Zevallos nos visitó en DR. TB para analizar este tema y comprender su origen.

Pulsión del ego

Según el especialista, la persona impaciente no tiene establecido muy bien su pulsión de ego, ya que en su pensamiento está establecido que se hace lo que quiere en el momento que diga.

“La impaciencia es una manifestación del ego donde yo ‘Soy un semidios que debe controlar el tiempo y el espacio’”, explicó el psicoterapeuta, quien añadió que el ego esta mal cuando una persona quiere imponer su deseo.

Optar por la paz

Asimismo, la paciencia está relacionada con la sensación de temporalidad. No es recomendable querer las cosas al momento ni tampoco desear casi nada, pues esto hace que la persona se anule. En este sentido, se aconseja encontrar un límite.

La tranquilidad es convivir con lo cómodo y lo incómodo. “El impaciente no entiende, porque su pulsión de ego se hace figura y quiere invadir el presente con lo que quiere”, señaló Zevallos.

Señales de impaciencia

Por otro lado, el psicoterapeuta dijo que mover constantemente la pierna es una forma de exteriorizar la impaciencia. “La emoción causa una somatización; entonces, cuando la persona mueve el pie o se levanta es una forma de armonizarse ante esta sensación negativa que está invadiuendo su ser. Es un mecanismo de desfogue”, comenta el especialista.

Una manera de combatir la impaciencia es aceptando las situaciones como son y no dejar que el ego sea más fuerte, pues puede llevarnos a situaciones incómodas e incluso enfrentamientos innecesarios.