Julia Leonardo Ramos, una humilde campesina de casi 60 años, dedicada al cultivo de plátano y yuca en Jaén, no dudó un instante en viajar a Lima para someterse a los rigurosos exámenes y donarle uno de sus riñones a la penúltima de sus 9 hijos.

La receptora, Mirela Quincho Leonardo, de 24 años, técnica de enfermería, sufría de insuficiencia renal crónica terminal. Ella recibió tratamiento de hemodiálisis y, posteriormente, 10 meses de diálisis peritoneal automatizada en su domicilio, en sesiones de 9 horas, generalmente de las 21:00 a 06:00 horas, para permitirle conciliar el sueño sin interrupciones.

Al visitar a ambas pacientes internadas en el hospital Guillermo Almenara Irigoyen, la presidenta ejecutiva del Seguro Social de Salud (EsSalud), Virginia Baffigo, indicó que existen algunos mitos que tienen que romperse como el tema de la edad, por lo que informó que no es un obstáculo para ser donante. 

“Si los médicos determinan que existe compatibilidad entre el receptor y el donante y si se encuentra en perfecto estado físico, tranquilamente puede donar y salvar la vida de una persona, que en muchos casos son sus familiares directos”, precisó.

Madre e hija se encuentran en perfecto estado de salud y pueden retomar sus vidas con normalidad.

El doctor José Chaman, jefe del Departamento de Trasplante del Hospital Guillermo Almenara Irigoyen, explicó que la señora Julia fue la única donante compatible, ya que Mirela es una paciente con alto riesgo inmunológico, condición que ocasiona un mayor factor de rechazo.