Rosa Guzmán: entre los circuitos y el canto, una vida guiada por el arte y la pasión

La cantante criolla Rosa Guzmán participó en "Miradas", donde recordó las obras de su padre y destacó el valor emocional de una carta que guarda como símbolo de su legado familiar. Foto: captura.
La destacada cantante criolla Rosa Guzmán, heredera del legado musical de su padre José Guzmán Sierra, compartió su historia de vida en Miradas, conducido por Fátima Saldonid, donde repasó momentos íntimos, anécdotas familiares y los hitos que marcaron su carrera artística.
Con su humor y franqueza, la intérprete recordó cómo su camino en la música empezó de manera tardía, pero con una fuerza que la mantiene vigente a los 81 años.
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UN LEGADO QUE GUARDA CON CARIÑO
En el inicio de la entrevista, Rosita mostró los objetos que más la representan: una carta escrita a su padre y un artículo de la revista Caretas. En la misiva, una admiradora ecuatoriana dedicaba un poema a su progenitor: “Porque revive en tu voz el sentimiento del Guayas, quiero que cuando me vaya y leas mi defunción, me cantes de corazón con los sentimientos y con el alma. Yo te escucharé en el cielo echándote bendiciones Tatito”.
Rosita confesó que guarda aquel texto con mucho celo, igual que la publicación de Caretas que aclaró la autoría del tema Quebranto. “El autor es mi padre, don José Guzmán Sierra. Son dos cosas que conservo porque me parecen bonitas, una forma de recordarlo”, expresó.
“SIGO SIENDO” Y EL DESCUBRIMIENTO TARDÍO
La artista reconoció que su participación en el documental Sigo siendo, dirigido por Javier Corcuera, fue un antes y un después en su vida.
“Ese documental me permitió darme a conocer. Antes me conocían mi familia y algunas personas de La Oficina (peña), pero cuando salió a la luz, se me abrieron muchas puertas. Empecé a viajar al extranjero y mi vida cambió por completo”, comentó.
En ese sentido, Fátima Saldonid recordó que suele proyectar el documental a sus alumnos de Comunicación, pues “ayuda a comprender el Perú a través de su música”. Rosita coincidió y destacó que la obra “es un recorrido por todas las manifestaciones musicales del país, tan distintas y, al mismo tiempo, tan unidas, que conforman la verdadera riqueza del Perú”.
Por otra parte, la intérprete evocó los consejos que su padre le daba sobre el arte de cantar: “Mi padre me decía: no cantes, interpreta. Mucha gente canta, pero no se le entiende lo que dice. Métete en el tema y hazte protagonista de su contenido”.
Según explicó, interpretar significa vivir la letra, sentirla y transmitirla. “Si cantas por cantar, nadie te entiende; pero si lo sientes, el público también lo siente”, afirmó.
DE LOS CIRCUITOS ELECTRÓNICOS A LOS ESCENARIOS
Pocos imaginarían que antes de dedicarse a la música, Rosa Guzmán fue técnica electrónica en el hospital Almenara. Contó que estudió electrónica en el colegio José Pardo y llegó a trabajar dando mantenimiento a equipos médicos.
“Hacía mantenimiento a la mesa de operaciones, la lámpara cialítica, el aspirador, el respirador, el monitor. En mi vida había visto uno de esos aparatos”, recordó entre risas.
La cantante confesó que vivía con nervios cuando debía atender las exigencias del doctor Esteban Roca, reconocido neurocirujano de la época. “Un paciente acá se me muere y yo te mato a ti”, le decía el médico.
EL RENACER EN LA OFICINA
Tras enviudar, Rosita retomó su pasión por la música y volvió a cantar en la emblemática peña La Oficina, en Barranco, lugar donde inició su carrera profesional.
“Llegué por una amiga, y Amelia Huapaya me dijo: ¡Cántate un valse!. Yo no quería, pero me empujó al escenario y canté Quebranto. Desde entonces no dejé de cantar”.
Hoy, con 28 años ininterrumpidos en ese escenario, lo considera su segundo hogar. “El público me dice: hemos venido por ti. Eso me da más ánimo para seguir. Si cada cariño viniera con un verde, yo sería feliz”, bromeó.
AMISTAD, DUETOS Y TRADICIÓN
Rosita también habló de su relación artística con Carmen Flores, con quien formó un dúo entrañable. “Una vez me vio nerviosa y subió al escenario a acompañarme. Desde entonces cantábamos juntas. Así comenzó todo”, contó.
Su pasión por la marinera limeña también se hizo presente. “Soy campeona de campeones cinco veces. La marinera es la evolución de la zamacueca. Lo importante es transmitir, no moverse mecánicamente. Si cuatro parejas hacen lo mismo al mismo tiempo, no hay creatividad”, afirmó con firmeza.
UNA MADRE Y MAESTRA DE VALORES
Con orgullo, Rosita habló de su faceta maternal. “He sido padre y madre para mis hijos. Les inculqué principios, buenas costumbres y valores. Me iré sabiendo que son buenas personas”, dijo emocionada.
Su hija, Mariella Fonseca, también artista, apareció en un video durante el programa y expresó: “Ser su hija ha sido un gran reto, pero también un regalo. Ella ha dejado la valla muy alta. Es una mujer que inspira y se ha ganado el cariño de la gente con una carrera limpia”.
Rosita Guzmán sigue siendo un símbolo del criollismo, la autenticidad y la fuerza de la tradición familiar. Quienes deseen disfrutar de su arte pueden verla todos los viernes y sábados en la peña La Oficina en Barranco.
Mira la entrevista completa en Miradas, con Fátima Saldonid, disponible en nuestro canal de YouTube.
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