Luego de ir a buscar a Miguel en el campamento de Evaristo, Micaela, quien está de regreso en su casa, es agredida físicamente por Vicente. Tras este acto, el capataz de los Robles escapa de la hacienda por temor a ser atrapado y castigado por su crimen.

Por otro lado, Monteagudo recomienda a San Martín viajar para encontrarse con Bolívar. El libertador acepta esta propuesta, pero deja como su representante en Perú al marqués Torre Tagle, idea que no es del total agrado de Monteagudo.

Al mismo tiempo, Monteagudo pide a una de sus tapadas, Juana, que se acerque a Lorenzo Robles para obtener información sobre los movimientos de los Realistas. Ella lo aborda en la calle e inicia su plan, pero Lorenzo no confía de los acos de la joven.

El ministro Monteagudo y el libertador tienen una fuerte discusión luego de que San Martín regresa decepcionado de su viaje para encontrar a Bolívar. Lamentablemente, no se pudo concretar dicha reunión y, al mismo tiempo, un artículo de Sánchez Carrión cuestionando la política de San Martín serán los detonantes para que se pregunte si debe o no ayudar a los peruanos en su camino a la independencia.

Por otro lado, doña Isabel no pudo vengarce al ser encontrada por Monteagudo cuando iba a colocar arsénico en una de las medicinas de San Martín, pero la situación tuvo un final inesperado. En un momento de desesperación, la madre de Teresa se suicida tomando el arsénico que era para San Martín. Rosa Campuzano y Monteagudo son testigos de este hecho y deciden ocultar la verdad haciendo pasar el suicidio como una muerte natural.

Finalmente, Lorenzo le revela a Juana, quien se hace pasar por Gertrudiz, los movimientos de los Realistas, pero el comandante sospecha de ella al darse cuenta que no entendía la información que le compartió.

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