El último bastión: doña Constanza mata a Adolfo
Antonia está a punto de ser fusilada por vender su gaceta. Catalina y doña Emilia la salvan diciendo que no sabe leer ni escribir, pero los Realistas se la llevan como prisionera. En el calabozo, Lorenzo la encuentra y ordena que la liberen. Unos días después, el mayor de los Robles le confiesa que él y su ejército se irán de Lima, pero que no escriba ningún artículo sobre el tema hasta que se vayan, o podrá sufrir graves consecuencias.
Antes de partir, Lorenzo le informa a Torre Tagle que Adolfo ha usado su nombre para perjudicarlo y que no hay rastro de él luego de esta traición. Lo que nadie sabe es que Adolfo está en La Magdalena escondido por temor a represalias por lo que hizo. Además, le dice a Constanza que regresará a España y ella piensa que irá con él.
En el convento, Rosa María convence a Ana Luisa de ayudarla a escapar. Esto sucede tras la visita de Constanza que llevó dulces envenenados para ella, pero se los comió su compañera de celda, quien falleció. Ambas escapan vestidas de monjas. Adolfo se entera de esto y teme que los Robles conozcan la realidad.
Por otro lado, María Mazombé llega a Lima con Paco y Miguel. Sus hijas se quedan a su lado y Josefa le dice a Tadea que es libre y puede escoger su propio destino. María le agradece el gesto y a los pocos minutos, muere.
Finalmente, Bolívar está en Lima junto a Manuela Sáenz. El primero en mostrar su apoyo es Sánchez Carrión, pero aún no se conocen las verdaderas intenciones del libertador.
Luego vemos, en un recuerdo, a una joven Constanza que asesina a su padre porque no quiere que trabaje con Adolfo. Regresando al contexto actual de la trama, Adolfo está a punto de partir a España y ella cree que irán juntos, pero él le dice que nunca la llevará.
Ante la desesperación de ser abandonada, Constanza le confiesa a Adolfo que sabe que es un impostor y no es quien dice ser. Miguel se dirige a la hacienda del esposo de Rosa María, pues cree que la ha asesinado. Adolfo lo descubre y lo desarma, pero Constanza aparece y lo mata. Paco se entera de lo sucedido y pide que lo entierren con los otros criminales.
Rosa María y Ana Luisa logran escapar del convento y llegan a salvo a casa de los Robles. Miguel y ella al fin se reúnen junto a su hijo y, tras la muerte de Adolfo, la menor de los Robles se vuelve la heredera de toda su fortuna. Además, Ana Luisa, con la ayuda de Paco y Josefa, logra tener de vuelta a su hija.
A pesar de que ya hay un poco de calma, Paco y Catalina tienen sus propios problemas, pues la cómica cree que no puede tener hijos. Él la quiere ayudar, pero se rehúsa, incluso le dice que está segura de ser estéril, pues no quedó embarazada cuando la violaron.
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