A pesar de los intentos de Josefa para proteger a Rosa María, Adolfo descubrió que su esposa tuvo un hijo con Miguel. El diputado se enteró de esta mentira, porque doña Constanza escuchó a Paula y Félix hablar del tema.

Rosa María y Miguel deciden escapar, pues ella sospecha que Adolfo hará algo para hacer que vuelva a casa con él. Sin embargo, sus planes no salen como lo planean, pues Adolfo se la lleva y Francisco y Lorenzo Robles no hacen nada para detener esta situación, lo cual enfuerece a Josefa y Teresa.

Las cosas empeoran cuando Josefa y Paco buscan a Rosa María en casa de Adolfo y doña Constanza les dice que se la llevó a Lambayeque, pero ellos no le creen. La realidad es que la menor de los Robles ha sido internada en un convento por “loca” y su esposo la obliga a escribir cartas a su familia diciendo que está bien.

Por otro lado, la patria sigue perdiendo estabilidad. Los vecinos de La Magdalena entran en pánico cuando escuchan las noticias sobre los avances de los Realistas  y un posible golpe de Estado.

Rosa María sigue encerrada en el convento y encontrará a una cara familiar: Ana Luisa, la amiga que no pudo proteger cuando quedó embarazada de un esclavo. La joven Robles le pide que la ayude, porque no está loca, pero no sabe cuánto tiempo podrá resistir las torturas de su esposo.

Además, los Realistas vuelven a tener el mando y los miembros del Congreso deciden refugiarse en la Fortaleza del Real Felipe, pero las negociaciones siguen y el representante de los diputados para conciliar un acuerdo será Adolfo.

En la casa de los Robles la tensión aumenta cuando Josefa le pide a Francisco que se vaya de la casa. Él aún no entiende por qué no quería que Rosa María vuelva con su esposo, pero Josefa le dice que está harta de él y que no quiere verlo.

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