En el episodio de Costumbres pudimos conocer las historias de fe que hay detrás de la devoción al Señor del Santuario de Barrios Altos.

Entre tantas sorprendentes e inspiradoras historias pudimos ver de cerca la experiencia de María Teresa Salazar quien empezó a creer en el Señor del Santuario luego de que su padre cayera muy enfermo.

“Mi padre era el hombre más sano del mundo. No tenía nada, más que una simple gripe. Mi padre cae mal, se le adormece el cuerpo, no podía caminar hasta que en un momento no se podía mover. Lo llevamos de emergencia a un hospital y nos decían que le había dado un derrame. Que tenía que ser operado de emergencia”, cuenta María Teresa.

Cuando su padre se puso mal era la época de setiembre, mes en que el Señor del Santuario sale a las calles en procesión. Ahí, un miembro de la hermandad le dio una estampita y le dijo la ponga en la espalda de su padre. “Cuando lo operaron yo estuve en la procesión, llorando y llorando, pidiéndole al señor que por favor lo curara”.

Los doctores no le dieron muchas esperanzas a María Teresa Salazar. Le dijeron que su padre posiblemente no iba a poder caminar y que iba a tener que seguir en rehabilitación. Sin embargo, su fe en el Señor del Santuario pudo más y su historia tuvo un final feliz.

“Cuando el doctor lo revisó mi padre podía sentir todos los movimientos en su cuerpo. Mi padre salió caminando del hospital y todos se maravillaron de verlo”, cuenta.

Tras esa experiencia, María Teresa se unió al coro del santuario y hasta el día de hoy cada año le canta al señor en señal de gratitud.

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