El COVID-19 ha cambiado nuestras vidas. Hemos tenido que adaptarnos al aislamiento social, explorar nuevas formas de contactarnos, trabajar, aprender e interactuar. En este contexto, las niñas y los niños también han sentido los efectos de la situación de emergencia porque no solo afectó la vida de sus familias y los ritmos del hogar, sino que se han interrumpido los servicios de educación.

Al respecto, Javier Echevarría y Natalia Parodi, conductores del programa Francamente, conversaron con la educadora Rosa Cerezales sobre el desarrollo de las clases para el nivel de inicial. 

En la entrevista, Cerezales comentó que la educación remota fue un corte abrupto debido a la pandemia, pues los niños tuvieron que adaptarse a una nueva forma de aprendizaje mediante la interacción y el vínculo.

Además, mencionó la dificultad que significó usar los medios tecnológicos en los menores, ya que los profesionales recomendaban no usar estos dispositivos durante los primeros años.

En esa misma línea, agregó que para esta etapa es fundamental la colaboración de los padres y madres, ya que son las personas que comunican cuáles acciones y metodologías funcionan y se adaptan mejor a sus hijos.

Asimismo, Cerezales mencionó que una buena medida para captar la atención de las niñas y los niños es llevar clases de máximo 4 o 5 alumnos, lo que permite dar un tiempo a cada uno y pueda expresar sus emociones.

Finalmente, enfatizó que durante esta etapa debemos ser flexibles y no obligar a las niñas y los niños a que terminen todas las tareas. En cambio, dar prioridad a aquellas en las que se sientan más cómodos y las disfruten. Esto permitirá que los más pequeños sean emocionalmente más fuertes y tengan mayor predisposición para interactuar en base a lo aprendido.