El mango es una de las frutas preferidas del verano, pero sumado a estos atributos hay que destacar su valioso aporte de antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra que fortalecen nuestro sistema inmune y lo convierten en un auténtico superalimento que no debe faltar en la dieta saludable.

Esta fruta se cultiva en el Perú mayormente en la costa norte y en la ceja de selva. Proporciona un grupo de enzimas digestivas que mejoran la capacidad del organismo para descomponer los alimentos y facilitar la digestión. 

Existen indicios de que estas enzimas pueden incluso reducir la sensación de ardor asociada con el reflujo ácido del estómago; mientras que la pectina presente en la fibra ayuda a prevenir el estreñimiento.

Asimismo, aporta una gran fuente de antioxidantes como la isoquercitrina, quercetina, fisetina, astragalina, galato de metilo y gálico. Además, consumir mango o tomarlo en jugo de manera frecuente puede ayudar a prevenir diversos tipos de cáncer como el de seno, de la sangre o leucemia, de próstata y de colon.

También, la vitamina C y la fibra presente en el mango han demostrado que ayudan a disminuir los niveles de colesterol LDL (malo), lo que reduce el riesgo de padecer enfermedades del corazón, ataques cardiacos, así como el infarto y el derrame cerebral. También contribuyen a prevenir enfermedades respiratorias.

También aporta vitamina K, que fortalece los huesos y previene la osteoporosis. El consumo de mango verde permite tratar trastornos hepáticos al aumentar la secreción de los ácidos biliares y limpiar los intestinos de bacterias infecciosas.