Ante la segunda ola del COVID-19, Alemania decretó un nuevo confinamiento a partir del miércoles 16 de diciembre hasta el 10 de enero. Se ordenó el cierre de los comercios "no esenciales", escuelas y jardines de infancia.

Durante su anuncio, la canciller alemanda, Angela Merkel, informó que son "muy numerosos fallecimientos" debidos a la epidemia del COVID-19 y que existe un crecimiento exponencial de las infecciones. "Estamos obligados a actuar, y actuamos ahora", agregó.

[Lee también: Recomiendan aprobar de emergencia la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer en Estados Unidos]

Ante el nuevo confinamiento, las empresas deberán permitir que sus empleados trabajen a distancia desde sus casas.

La decisión fue anunciada luego que Merkel sostuviera una reunión con los 16 líderes regionales de los estados federados.

Entre las medidas adicionales, se estableció la limitación de los contactos sociales a un máximo de cinco adultos de dos hogares distintos, del 24 al 26 de diciembre los ciudadanos solo pueden reunirse con sus familiares más cercanos.

Asimismo, los que deseen celebrar la Navidad tendrán que reducir al máximo sus contactos en los siete días previos a las reuniones familiares.

La venta de alcohol quedó prohibida en la vía pública a partir del miércoles, después de que numerosos cafés y bares, cerrados desde principios de noviembre, habilitaran puestos callejeros para vender vino caliente, una tradición navideña muy arraigada en Alemania.