Todos los días observamos una gran cantidad de conductas de las personas de nuestro entorno, y a la mayoría de ellas le damos una explicación. A veces estamos viendo un espectáculo musical o teatral y sentimos ganas de hacer lo mismo.

Parece que existe cierto sincronismo o contagio a nivel social. Según expertos sucede que al relacionarnos como al observar a los demás se activan un tipo de neuronas muy especiales llamadas neuronas espejo.

Gracias a ellas nos emocionamos, por ejemplo, al ver un beso apasionado en una película, nos pongamos tristes ante las catástrofes que nos muestra la televisión y quizá sintamos dolor cuando observamos que alguien se cae o se da un golpe.

Las neuronas espejo, te hacen creer que lo que le pasa al resto nos está pasando a nosotros. No hay que olvidarnos que somos animales gregarios, hacemos los que otros hacen. Así deducir lo que los demás piensan, sienten o hacen es posible gracias a su activación, y aunque están especializadas en comprender no solo la conducta de los demás sino también como se sientes. De hecho, están muy vinculadas con comportamientos empáticos, sociales e imitativos.