¿Te has dado cuenta cómo cambia nuestro comportamiento cuando estamos frente a un niño? Quizá estamos serios, sin expresar alguna emoción en particular y basta con ver a un pequeño para decir algunas expresiones como: ¡Qué lindo! o ¡Qué bonito bebé! 

Este comportamiento es instintivo y adaptativo relacionado con algún episodio de nuestras vidas que nos ayudó a sobrevivir. Por ejemplo, la naturaleza nos enseño hace miles de años atrás que cuando vemos un niño debemos protegerlo, porque de él depende la supervivencia de la especie. Es así que cuando vemos a un niño, de manera inconsciente el cerebro nos dice que debemos protegerlo.

Esta respuesta protectora se presenta en todas las especies. Sin embargo, en los humanos la necesidad de protección es mucha más alta, ya que nacemos indefensos, a diferencia de los animales, por ejemplo.

¿Qué características resaltantes tiene el rostro de un niño para que nos enternezca?

Podemos identificar cuatro:

1. Ojos grandes.
2. Nariz pequeña y ensanchada.
3. Mentón pequeño.
4. Frente redondeada.

Estas características también las podemos ver en las mascotas cuando son pequeñas.

Pero también esto se aprecia en el mundo del marketing. Muchos dicen que la estructura de un Volkswagen escarabajo, curiosamente uno de los modelos más vendidos de la historia automotriz, tiene la forma del rostro de un bebé, lo que provoca que muchos gusten de ese modelo.

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