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Cinco días después del terremoto que devastó el suroeste de Haití y dejó más de 2000 muertos, las autoridades se enfrentan al desafío de entregar ayuda humanitaria de manera segura a los cientos de miles de damnificados, algunos de los cuales viven en zonas aisladas.

El número de muertos por el terremoto de magnitud 7,2 que sacudió el suroeste de Haití durante el fin de semana aumentó a 1.941 y la cifra de heridos a más de 9.900, informó el martes la Dirección de Protección Civil de la nación caribeña.

Tras una angustiosa jornada de réplicas del potente terremoto que causó la muerte de al menos 724 personas en el suroeste de Haití, los residentes y el personal de rescate se esforzaban este domingo con recursos limitados para encontrar supervivientes bajo los escombros.

Equipos de rescate se apresuran a encontrar sobrevivientes del poderoso terremoto que este sábado sacudió a Haití matando al menos 304 personas y destrozando edificios de un país pobre y plagado de desastres que aún no se recuperó del arrasador sismo de 2010.

Un sismo de magnitud 7,2 sacudió Haití la mañana del sábado, hacia las 8:30 hora local, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, que emitió una alerta de tsunami.

Las costas de Nueva Zelanda se han visto afectadas por tres potentes terremotos en un espacio de cinco horas. El último sismo, de una magnitud de 8,1 se registró frente a las costas de las Islas Kermadec, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.

Un sismo de magnitud 7,1 tuvo lugar el sábado por la noche ante la costa este de Japón y llegó a notarse en Tokio, aunque las autoridades no emitieron una alerta tsunami.

Al menos 26 personas perdieron la vida en el sismo de magnitud 6,2 que golpeó la isla Célebes en Indonesia este viernes y que causó el derrumbamiento de varios edificios, entre ellos un hospital, según la agencia de gestión de catástrofes.

Patricio Valderrama, especialista en desastres y riesgos naturales, se presentó en el programa Qué Está Pasando de TVPerú, donde afirmó que debemos estar preparados ante el silencio sismico de más de 300 años que existe en Lima.