La ley que modifica la figura de la cuestión de confianza es una ley que no se ajusta a la Constitución, pero adicionalmente es una ley que no resuelve los problemas centrales porque detrás hay un problema de fondo que, la que acaba de aprobar el Congreso, no aborda; opinó el constitucionalista Samuel Abad.

“Y ciertamente lo que está ocurriendo en el país, no de ahora, sino de hace mucho tiempo son los conflictos que se presentan en el Ejecutivo y el Congreso; particularmente, cuando hablamos de un Ejecutivo sin mayoría en el Parlamento. Esto implica evaluar el modelo en su conjunto. El modelo de relaciones entre el gobierno y Legislativo”, agregó.

Se da en el contexto de una Constitución -explicó Abad- que ha copiado instituciones procedentes de otros países y que al final tiene entidades que no se vinculan adecuadamente y que, en algún momento, estuvieron dormidas y cuando despiertan en los últimos años lo hacen con una fuerza que ha generado un conflicto que hasta ahora no se soluciona, concluyó.

También dijo que se ha interpretado de manera amplísima la vacancia presidencial para convertirla de alguna manera en la práctica en una censura encubierta, luego que el Perú permanece en un modelo presidencial en el que se ha incluido la cuestión de confianza desde 1933 y se ha agregado la disolución del Congreso desde 1979.

“Toda esta articulación, lamentablemente, el proyecto no la evalúe en su conjunto y por eso digo que no sólo se trata de un texto que no se ajusta a la Constitución, sino que no resuelve el problema de fondo. Sería ideal que el Congreso enfrente ese problema de fondo para que no se sigan presentando los problemas que hemos tenido en el país”, comentó.

De otro lado, precisó que existen casos del Ejecutivo sobre pedidos de cuestión de confianza para proyectos de reforma constitucional y que el Congreso otorgó la confianza.

“Lo hizo por el tema de la reforma de justicia para aprobar la Junta Nacional de Justicia, lo hizo para el tema de la reforma política, evidentemente es un tema debatible. Presentó el proyecto y el Congreso le dio la confianza para darle la posibilidad de llevar a cabo la reforma constitucional”, puntualizó.

Eso es factible y ha ocurrido y no es ninguna novedad. Otra cosa es que sea conveniente o no, ahondó el constitucionalista. “Eso debería revisarse, pero a través de una revisión de la Constitución, a través de una reforma constitucional que regule las relaciones entre el Ejecutivo y el Parlamento de la mejor manera posible y no a través de una ley”, sentenció.