Los delitos contra la vida silvestre son calificados, a nivel mundial, como uno de los principales actos ilícitos de naturaleza transnacional, luego del tráfico de drogas y el de armas.

En ese contexto, el Ministerio del Ambiente, a través de su Unidad Funcional de Delitos Ambientales del (UNIDA-Minam), propuso que la forma más idónea para proteger la vida silvestre frente al tráfico ilegal de especies es incorporando dicho acto criminal en la tipificación de delitos comprendidos en la Ley de Crimen Organizado, Ley N.° 30077.

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Al respecto, el coordinador de la citada Unidad Funcional, Jimpsom Dávila, explicó que esta iniciativa ofrece ventajas en términos jurídicos y penales, y en el uso de herramientas de investigación fiscal, debido al nivel de especialización con el que operan estas organizaciones criminales.

Así lo expresó durante su participación en el evento “Hacía la inclusión del tráfico ilícito de la vida silvestre en la Ley de Crimen Organizado”, realizado por los despachos de los congresistas Héctor Ventura y Edwar Málaga, autores de los proyectos de ley que buscan incluir los delitos contra la vida silvestre en la mencionada ley.

En ese marco, agregó que la modificación a los tipos penales sobre la vida silvestre debe observar el diseño institucional y la gestión sectorial de los recursos, a fin de facilitar la labor de diligencia e investigaciones a cargo del Ministerio Público y de los operadores de Justicia. 

Subrayó que la propuesta de modificación de esa norma legal debe sustentarse en evidencia, respondiendo a la necesidad de mejorar la investigación y persecución de delitos contra la vida silvestre.

Riesgo para la salud pública

Cabe indicar, que estos delitos también constituyen un riesgo para la salud pública, pues la fauna silvestre es un agente de transmisión de agentes patógenos y de nuevos virus, poniendo en riesgo la salud de las personas. Además, el tráfico ilícito de fauna silvestre impacta en la reducción de las poblaciones y el empobrecimiento de los ecosistemas ante la pérdida de importantes especies que contribuyen a su funcionalidad. 

El tráfico ilícito de la vida silvestre ocurre a través de redes criminales; por ello es importante atacar la estructura criminal y su proyecto, para evitar que continúen operando y afectando la biodiversidad. Las acciones orientadas a atacar sujetos específicos dentro de loa eslabones de la cadena criminal serán insuficientes si es que no se combate la criminalidad organizada de manera integral.