Hoy es el Día Contra el Cáncer de Mama. Las cifras sobre la incidencia de esta enfermedad en peruanos son preocupantes y, lamentablemente, no alentadoras.

Para el 2030, se estima que en el Perú morirán más de 34 000 personas a causa del cáncer. Según las proyecciones de Globocan 2020, plataforma web de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 60 000 personas desarrollarán esta enfermedad.

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El cáncer de mama es la segunda neoplasia más frecuente en nuestro país y la principal causa de muerte en mujeres. Sin embargo, no muchas se anticipan y se realizan los chequeos preventivos.

Cifras de la Liga Contra el Cáncer indican que cada día mueren seis mujeres en el Perú, y al año, alrededor de 2000 pierden la vida a causa de esta enfermedad.

Quizás la renuencia, el temor o el desinterés por los chequeos se deban, en gran parte, a los mitos que pasan de generación en generación. Para desmitificarlos y demostrar que la prevención hace la diferencia, aclaramos los mitos más comunes.

MITOS Y VERDADES SOBRE EL CÁNCER DE MAMA

“Tener cáncer de mama es sinónimo de muerte”

Mito: muchas mujeres aún creen que ser diagnosticadas con esta enfermedad significa que no hay solución.

Realidad: los tratamientos para el cáncer han avanzado significativamente y, en muchos casos, la enfermedad es curable. Incluso el cáncer de mama, si se detecta a tiempo. Un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno marcan la diferencia.

“Los golpes en el seno causan cáncer de mama”

Mito: es común escuchar que un golpe en las mamas puede causar cáncer.

Realidad: un golpe en la mama generalmente provoca inflamación, por lo que se recomienda acudir al médico, pero no causa cáncer.

“El cáncer de mama es hereditario”

Mito: hace varias generaciones se dice que el cáncer de mama es hereditario.

Realidad: más del 80 % de las mujeres afectadas por esta enfermedad no tienen antecedentes familiares. Solo un 10 % de los casos de cáncer de mama son hereditarios. Si se tiene un familiar directo (madre, hermana o hija) con antecedentes, el riesgo es mayor.

“El sostén con aro produce cáncer”

Mito: es un mito común que usar sostén con aro por más de 12 horas aumenta el riesgo de cáncer de mama.

Realidad: no existen estudios que respalden esta afirmación. Un estudio mostró que el uso de sostenes con aro no está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama.

“Las mamografías son dolorosas y expanden el cáncer”

Mito: se dice que la mamografía es dolorosa y que sus rayos X pueden hacer que el cáncer se expanda. Esto genera temor y muchas mujeres postergan el examen.

Realidad: si bien la mamografía puede ser incómoda, no es dolorosa. La radiación es mínima y no causa la expansión de la enfermedad en caso de que esté presente. Este examen es crucial para detectar anormalidades en las mamas.

“El cáncer de mama no se da hasta la menopausia”

Mito: se cree que el cáncer de mama solo ocurre en mujeres que atraviesan la menopausia, aproximadamente a los 50 años.

Realidad: el cáncer de mama puede presentarse antes y después de la menopausia, e incluso en mujeres jóvenes y premenopáusicas. En este último grupo, el cáncer puede ser más agresivo. La menopausia no es la causa del cáncer, sino otros factores que se presentan entre los 45 y 65 años.

“Tener hijos y amamantarlos es una protección contra el cáncer de mama”

Mito: Se dice que ser madre y amamantar reduce significativamente el riesgo de cáncer de mama.

Realidad: es cierto que tener hijos y amamantarlos antes de los 30 años puede reducir el riesgo, pero no garantiza que no se desarrolle cáncer de mama.

Esta recopilación de mitos y realidades tiene como objetivo ofrecer información clara para disipar dudas sobre el cáncer de mama y evitar decisiones equivocadas.

Actualmente, el Ministerio de Salud (Minsa), Essalud, la Liga Contra el Cáncer y diversas clínicas especializadas realizan campañas médicas gratuitas o con precios rebajados para promover la prevención.

Recuerda que el cáncer detectado a tiempo es curable. Esto se logra con chequeos preventivos anuales o acudiendo al especialista tan pronto como notes algún bulto, dolor o síntoma extraño.

No dejes que el miedo a un diagnóstico adverso interrumpa tu vida. La prevención hace la diferencia.

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