Sonia Morales, la patrona del folclor
La cantante folclórica Sonia Morales ama sus raíces y siempre tiene presente a su natal Musho, distrito ubicado en la provincia ancashina de Yungay. Su consideración con este humilde lugar es tal que luego de su exitosa carrera musical construyó la Plaza de Armas y la iglesia.
Dentro de las carencias que tuvo afirma que vivió una buena niñez rodeada de árboles, el canto de los pájaros, ríos, riachuelos y al pie del nevado Huascarán. Su afición por la música inició de muy joven, a los ocho años, entonces paraba pegada a la radio, donde escuchaba canciones de Pastorita Huaracina, Estrellita de Pomabamba, el Picaflor de los Andes, entre otros.
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Ya de adolescente llega a Lima, junto a su tía, y participa en un concurso de canto organizado por Eusebio ‘Chato’ Grados y consigue el tercer lugar. Posteriormente, es convocada para integrar Las Chicas Mañaneras, agrupación que cosecha gran éxito.
Cuando decide ser solista encuentra algunos obstáculos pero sigue adelante. Su primer disco tuvo aceptación y el siguiente fue el que le abrió las puertas a muchos sitios. “Mis primeros trabajos fueron en Arequipa, Cerro de Pasco, y en mi tierra Huaraz; de ahí empezamos a llegar a Ayacucho, Huancayo y Cusco”, dijo en La Entrevista.
Además contó que en la mejor etapa de su carrera sus cuerdas vocales no le respondían y tuvieron que intervenirla quirúrgicamente. Ella pensó que no iba a volver a cantar, pero afirma que Dios le dio la oportunidad de continuar deleitando al pueblo peruano con su voz.
Sonia Morales considera una bendición haber conocido países del extranjero gracias a su música y cree que su éxito se debe a que sus seguidores se identifican con su historia: una muchacha provinciana que teniendo muy poco logra el éxito.
“Cuando llegué por primera vez a Europa pensé que en ese pueblo tan alejado de nuestra patria nadie iba a ir a verme, pero linda fue la sorpresa al saber que muchísima gente se quedó afuera, no podían ingresar al local. Igual nos pasó en Estados Unidos”, refirió.
De otro lado, reafirma que de no haber sido artista, hubiera sido negociante. Dijo también que durante su vejez piensa regresar a Musho y vivir de las paltas y lúcumas que cultiva en sus chacras. Por último, refirió que no ha descartado participar en la política, aunque los escándalos de la corrupción la hayan desanimado de momento.