El actor cómico e imitador Fernando Armas ha sido emprendedor desde su juventud, cuando tras culminar sus estudios secundarios en su natal Chiclayo vino a Lima y se dedicó al comercio ambulatorio en el mercado de Magdalena para solventar sus necesidades.

No la tuvo fácil. Le hizo falta el apoyo económico para seguir una carrera e incluso, pese a ser un artista reconocido en el norte del país, no encontró en la televisión lo que esperaba. Cuenta que siendo parte del elenco de Risas y Salsa tuvo que hacer de todo para mantener a su familia. Por ello afirma que “la ha sabido luchar y tiene los pies bien puestos sobre la tierra”.

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No obstante salió adelante. Mientras crecía en la televisión y la radio, se enroló en un nuevo proyecto con su esposa que hoy tiene 18 años: se trata de un colegio de inicial y primaria en Lima Norte que actualmente alberga a cerca 200 alumnos.

Lamentablemente, todo no es color de rosa en la vida del comediante. Tras 25 años de trabajar ininterrumpidamente en el mundo del espectáculo sufrió cuadros de pánico por haberse cargado tanta responsabilidad en todo ese tiempo.

Armas precisa que todavía tiene algunas secuelas de este trance y que por eso siempre le recomienda a la gente que no se angustie y que vea el lado positivo de la vida.

De otro lado, asegura que para él no es nada gracioso hacer humor con lo que pasa en la política, pero que lo hace porque “su chamba” es hacer reír al público.