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Coordinadora de comedores populares del sur de Lima asume compromiso por la educación en su comunidad

Leonor Cucho se opone al trabajo infantil y promueve la enseñanza entre los menores y las adolescentes.

Midis

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11:33 horas - Domingo, 12 Marzo 2023

Leonor Cucho es natural de Ayacucho y debido a la pérdida de sus padres tuvo una dura niñez. Hoy tiene 75 años, es presidenta del comedor popular Santa Rosa de Lima y coordinadora de todos los comedores populares de Lurín y de la zona sur de Lima, pero su labor no solo está ligada al trabajo con comedores, sino al desarrollo de las mujeres y los niños. 

Cuando llegó a Lima fue empleada del hogar y rechazó recibir cualquier pago por su trabajo, prefirió que sus empleadores le financien sus estudios de mecanografía, taquigrafía y concluir su carrera como técnica de enfermería. 

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Esta guerrera afirma que su vida tuvo un nuevo comienzo a mediados de los ochenta cuando llegó a Lurín. En ese distrito se levantaban cerros de tierra y arena, chacras y caminos sin asfalto. La vida la empujó a esta zona del sur de Lima donde encontró un terreno y un destino para sus ocho hijos. Había quedado viuda. 

“Aquí en Lurín conocí lo que es la hermandad, el compañerismo. Así como yo había sufrido, cuando conocí a mis vecinos, pensé que ellos eran igual que yo, que teníamos la misma necesidad, el mismo apuro”, revela Leonor. 

Hace casi 40 años, no había ni mesas ni cocina, mientras que el agua y la luz eran solo ilusiones. Sobraban las esteras, la leña para las cocinas, la necesidad y el hambre. Pero en la mente de Leonor Cucho estaba también el sueño de sacar adelante a sus hijos y a su comunidad.

“Este distrito tan lindo me enseñó qué es compartir, cómo superarse, como entre mujeres, madres, y la comunidad agarrados de la mano, se puede salir adelante y superarse”, reflexiona. 

Esa dureza con la que transitó su infancia la llevó a entender que la educación es clave. Por ello, ninguno de sus hijos, cuando eran pequeños, trabajó pese a las carencias de su hogar. Esa misma filosofía la pretende esparcir entre las madres de esta zona. 

Precisamente, en un ambiente del local de su comedor popular durante cuatro años se dictaban clases gracias a un convenio que suscribió con una institución educativa para personas que no tienen la oportunidad de ir a una escuela debido a diversos obstáculos: tiempo, horario y la propia pobreza. El espacio albergaba a niños, madres y hombres con deseos de culminar la etapa escolar. El convenio espera retomarlo, ahora que la pandemia parece superada.

La lideresa destaca el papel del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social en su larga tarea de darle de comer a decenas de personas. Mencionó que esta ayuda no paró durante la pandemia.  Indica que recibe alimentos para preparar 115 raciones diarias, pero aquí en su comedor popular, la magia alcanza para multiplicar los platos. 

“El subsidio a los comedores populares está al día y los alimentos, también. El Midis sí cumple”, apunta.



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