El cólico menstrual es uno de los problemas más comunes de la mujer. Cuando los dolores son severos llega incluso a afectar el entorno familiar, laboral y social. Es por eso que países como Japón, Corea del Sur, Indonesia y ahora Zambia aplican leyes que brindan “permisos menstruales remunerados” para proteger la salud mental y física de las mujeres que sufren estos episodios traumáticos.

Su presencia se anuncia con un dolor en el abdomen días previos o durante la regla. Los médicos lo identifican como dismenorrea, afección que dependiendo de la intensidad y la frecuencia se presenta con otros síntomas como cefaleas, irritabilidad y cambios de humor, entre otros.

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El dolor menstrual aparece cuando al no producirse el embarazo, el útero desencadena contracciones para expulsar el endometrio, mucosa que recubre el interior de la matriz para acoger a un posible embrión. Estos espasmos son los que causan el dolor y está clasificado como dismenorrea primaria y suele afectar a las más jóvenes.

Por el contrario, la dismenorrea secundaria aparece en edad tardía como consecuencia de alguna enfermedad o anomalía dentro o fuera del útero y se puede originar por patologías como los miomas uterinos, endometriosis o por una infección bacteriana.

Dependiendo el tipo de dismenorrea que se padezca, una alimentación equilibrada y ejercicios ayuda a prevenir estos dolores, pero si los cólicos son a consecuencia de enfermedades la atención especializada es la solución.