Aliento y fe: Sacerdote visita y lleva mensaje de esperanza a pacientes COVID-19
Sacerdote Florencio Joaquín Jara lleva a diario mensaje de esperanza y fe a pacientes COVID-19. (Foto: EsSalud)
Pese al riesgo que representa ingresar al área COVID-19 del Hospital Nacional Guillermo Almenara de EsSalud, el Sacerdote Florencio Joaquín Jara considera un privilegio divino acercarse a estos ambientes, para elevar oraciones, acariciar a los enfermos y brindarles esperanza de una pronta recuperación y retorno a casa.
El religioso, de 41 años y natural de Huánuco, manifiesta que su fe inquebrantable en Dios, las palabras de aliento y fortaleza que recibe a diario de su madre de 87 años a través de videollamadas y los Equipos de Protección Personal (EPPs) que le brinda la Institución, son la fuente de inspiración, confianza y ganas de seguir adelante sin temor a infectarse.
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El Capellán del Hospital Almenara ha sido testigo de lo que ocurre al interior de las áreas de hospitalización, Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Unidad de Cuidados Intermedios (UCIN), donde ha visto de cerca el dolor, la angustia, el miedo, pero a la vez la fe inquebrantable de los pacientes, familiares; y el trabajo en primera línea del personal médico y asistencial, para que recobren la salud y superen los estadios más severos del nuevo coronavirus.
De lunes a domingo a las 11:00 a.m. coloca la cámara de su teléfono celular frente al altar de la Capilla del Hospital Almenara, desde donde transmite misas comunitarias, vía su cuenta oficial en Facebook.
Desde ahí, remarca, a su audiencia, que la pandemia representa un desafío grande para demostrar y renovar su fe.
Cada día se traslada por los ambientes COVID-19, llevando ánimo y aliento - una energía adicional indispensable para combatir momentos de adversidad con este-.
La Unción de los Enfermos es un Sacramento de curación y no de muerte
En contacto con los enfermos hospitalizados por el nuevo coronavirus, el Sacerdote imparte el Sacramento de la Unción de los Enfermos - que equivocadamente se creía que simboliza el final de la vida-. Según precisó, el Padre Florencio, es un sacramento de curación, es decir, que no significa que necesariamente la persona vaya a morir.
"No es un pasaporte a la muerte, muchos creen eso y entran en ese temor extremo, como el Sacramento de la Confesión este es un sacramento de curación, porque sana las heridas del alma, del corazón. Ese es el gran valor que tiene”, finalizó.
Con información de EsSalud.