La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que el continente americano está experimentando "una crisis de salud mental" sin precedentes, y que la pandemia del coronavirus llevó a un "alza de la violencia doméstica".

En un continente donde las enfermedades mentales ya eran "una epidemia silenciosa", un gran número de personas se ha visto especialmente afectado. 

"La pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra región a una escala que nunca antes habíamos visto", señaló en rueda de prensa virtual Carissa Etienne, directora de la OPS, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

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Encuestas en Estados Unidos, Brasil y México, precisamente los tres países americanos más golpeados por el COVID-19, muestran que aproximadamente la mitad de los adultos se encuentran estresados por la emergencia sanitaria. 

Etienne remarcó que los datos muestran que muchas personas están recurriendo al alcohol y las drogas para hacer frente a la pandemia, lo que podría "exacerbar los problemas de salud mental".

En tanto, las medidas para mitigar la propagación del virus, sumados a los problemas económicos y sociales originados por la pandemia, "están aumentando los riesgos de violencia doméstica".

Carissa Etienne señaló una multiplicación de pedidos de ayuda por abusos en países como Colombia, Argentina y México. Y el problema podría ser peor, debido a la interrupción de algunos servicios de apoyo y aislamiento de las víctimas. "El hogar no es un lugar seguro para muchos", sostuvo.

También mostró su preocupación por los profesionales de la salud, quienes, agotados por su trabajo de intensa presión, se encuentran en especial riesgo de sufrir problemas de salud mental.

Con información de AFP.