Ecuador: devastador incendio forestal arrasó con 3 877 hectáreas de bosque y dejó tres heridos
Incendio forestal en Ecuador deja 3 877 hectáreas de bosque consumidas por el fuego. Foto: AFP.
Ecuador enfrenta una crisis ambiental y de salud pública sin precedentes, debido a un devastador incendio forestal que ha arrasado con 3,877 hectáreas de bosque y pajonales en el sur andino del país.
El fuego se ha registrado desde hace casi una semana en la localidad de Quilanga, en la provincia de Loja. Según la Secretaría de Riesgos del gobierno ecuatoriano, el incendio ha tenido un impacto severo en la región, que se caracteriza por su biodiversidad única.
[Lee también: Juegos Paralímpicos París 2024: fecha, hora de la participación de los peruanos]
El área afectada es una zona de conservación municipal conocida por albergar especies raras de flora y fauna. Esto agrava la preocupación sobre la pérdida de biodiversidad y los daños ecológicos irreversibles que ha causado el siniestro.
El gobierno ha movilizado a personal militar y a bomberos de tres provincias, incluida Loja, para intentar controlar el incendio. A pesar de estos esfuerzos, el fuego sigue avanzando, y la situación es especialmente crítica debido a las condiciones secas y cálidas de la temporada de verano en Ecuador.
La Secretaría de Comunicación de la presidencia informó que la situación está afectando gravemente a Quilanga, un pequeño poblado conocido por su cultivo de café, y que el fuego ha puesto en riesgo la seguridad de sus habitantes y la actividad económica local.
Además, el incendio ha tenido consecuencias en Guayaquil, donde un siniestro reciente en el cerro del Carmen amenazó las instalaciones de televisoras locales, como Teleamazonas. El fuego, que se reactivó temporalmente, obligó a la evacuación momentánea de residentes y personal de los medios de comunicación.
¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE UN INCENDIO FORESTAL DE ESTA MAGNITUD?
Los incendios forestales de esta magnitud tienen repercusiones devastadoras. Los bosques desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, la preservación de la biodiversidad y la protección del suelo.
La deforestación y la pérdida de hábitats forestales contribuyen al cambio climático al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero. Además, los incendios arrasan con hábitats de especies en peligro, poniendo en riesgo la supervivencia de muchas formas de vida.