Desde inicios de agosto devastadores incendios forestales vienen consumiendo más de 1200 hectáreas de la Amazonía brasileña. La extensión del desastre obligó a estados como Amazonas y Acre a declarar la situación de emergencia.

El estado más afectado con 13641 focos de fuego es el Mato Grosso. Especialistas dicen que los incendios forestales se intensificaron por el avance rápido de la deforestación en la región, que en julio se cuadruplicó y no la temporada seca, como argumenta el Gobierno.

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Para el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, los incendios que afectan la Amazonía y otras regiones de Brasil son provocados por las ONG que representan intereses extranjeros. Sostuvo que dichas organizaciones actuaron así luego que su Gobierno les suspendiera recursos que les eran asignados para su financiación.

“Hemos acabado con la financiación de ONG de nuestros órganos públicos, de forma que esta gente está sintiendo la falta de ese dinero, así que puede estar habiendo actividades criminales de miembros de ONG que quieren llamar la atención contra mí y mi Gobierno. Esta es la guerra que estamos enfrentando”, indicó.

Por su parte, el ministro del Medioambiente brasileño, Ricardo Salles, negó que haya omisión por parte del Gobierno en el combate de la deforestación. Esta aclaración de la autoridad le costó el abucheo por parte de un grupo de personas durante la apertura de la Semana del Clima en Latinoamérica y el Caribe en el país.