Bloqueos y cortes de vías sitiaron la capital administrativa boliviana de La Paz y el distrito de El Alto en medio de una crisis política-social y un probable desabastecimiento que empezaría este martes.

“Mañana se suspenderá el faenado, los camiones que trasladan ganado anunciaron que ya no ingresarán allí. La capital tiene aún reservas para unos días”, reporta para Infobae el periodista Laureano Pérez Izquierdo.

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Este convulso escenario recuerda una denuncia impactante: en un audio emitido al país el 20 de noviembre del 2019 se escucha, presuntamente, la voz del ex mandatario Evo Morales diciendo: “Hermano, que no entre comida a las ciudades”, poco después de las protestas por su triunfo electoral afectado por supuestas denuncias de fraude.

Bolivia también padece los maléficos rigores de la pandemia. Los hospitales que dejaron los 14 años de gobierno de Evo Morales no logran hacer frente a la atropellada durísima del COVID-19.

Tampoco la maniobra del gobierno de Jeanine Áñez: “la ineficacia y los casos de corrupción florecen. Para evitar el colapso definitivo, la Fiscalía General del Estado instruyó a todas sus representaciones a actuar de inmediato ante las trincheras que impiden el paso y ya cumplen una semana. Inútil: la mayoría de los fiscales en todo el país no responden a La Paz. Esperan instrucciones desde más allá de la frontera sur”, afirma el despacho del periodista Laureano Pérez Izquierdo.