El plomo se ha convertido en uno de los principales responsables de la contaminación ambiental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la exposición a este metal puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial y lesiones renales.

En nuestro entorno podemos encontrarlo en distintos productos. Uno de ellos son los cosméticos. Algunos lápices y brillos labiales contienen altas cantidades de este metal, además de otros como el manganeso, cromo y aluminio.

Los colorantes empleados tanto en sombras de ojos como labiales llevan pequeñas cantidades de plomo. Sin embargo, su presencia en la piel podría causar sarpullidos, manchas, descamación, entre otros.

Para no dañar nuestra piel evitemos comprar cosméticos que contengan demasiados ingredientes en su composición, sobre todo aquellos que prometen larga duración, pues son los que, mayormente, utilizan este metal.