La Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de La Libertad informó que denunciará al alcalde de Trujillo, Arturo Fernández, tras haber pintado la fachada de la sede municipal. Se trata de una casona que es considerada como patrimonio histórico intangible.

El burgomaestre será denunciado por los delitos de desacato y violacion de una normativa. La DDC precisa que el alcalde debió de realizar los trámites correspondientes ante el Ministerio de Cultura (Mincul) para el cambio de color de la fachada.

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Arturo Fernández había anunciado a finales de julio que la fachada de la sede edil iba a pasar de rojo a color blanco con detalles dorados. 

“Hemos levantado una primera acta, pero levantaremos una segunda acta. Vamos a invitar a la fiscalía de turno y a la policía para hacer la denuncia correspondiente”, declaró el director de la DDC de La Libertad, David Calderón de los Ríos, a TVPerú Noticias. 

Asimismo, indicó que el alcalde habría incurrido en tres delitos. “El primero es desacato, la segunda es que viola una normatividad y el tercero es que él está alterando los colores a un monumento histórico y eso está penado”, agregó. 

El funcionario del Mincul invocó a la reflexión al alcalde Fernández, a fin de que tramite el cambio de color del municipio por las vías correspondientes

“De acuerdo al catálogo de los colores, se le va a decir qué color es el que le corresponde pintar al palacio municipal”, explicó.

ARTURO FERNÁNDEZ AMENAZA A OBRERO

Arturo Fernández, alcalde de Trujillo, generó otra polémica. La autoridad edil sostenía una conversación con un grupo de obreros municipales quienes le reclamaban por las malas condiciones en las que laboran.

Cuando empezó a escuchar las demandas, enfrentó a uno de los obreros y le dijo “Háblame bonito. Te estoy respondiendo”. En lugar de escuchar para plantear soluciones a los reclamos, Arturo Fernández lanzó una amenaza.

“¿Qué quiere? ¿Que le meta un balazo en la cabeza?”, afirmó mirando al trabajador. Casi de inmediato se escucha que alguien le respondió: “Al que a hierro mata, a hierro muere, señor alcalde”.

Esto ocurrió en el óvalo Grau, donde se realizan trabajos de parchado de la vía pública.

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