Una hernia discal ocurre cuando el núcleo gelatinoso, que es la parte central de un disco intervertebral en la columna vertebral, sobresale a través de una fisura en el anillo fibroso que lo rodea.

Este disco actúa como un amortiguador entre las vértebras y, cuando se produce una hernia, puede presionar los nervios cercanos y causar dolor, entumecimiento o debilidad en las áreas del cuerpo que esos nervios controlan.

Rutina para calmar malestar de hernias

La entrenadora Lorena Miranda nos enseño cómo entrenar con una hernia discal, la cual requiere un enfoque cuidadoso para evitar agravar la condición. Antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, es fundamental hablar con un médico, fisioterapeuta o profesional del deporte para obtener una evaluación específica y recomendaciones adaptadas a dicha situación.

Primero, se debe iniciar con un trabajo de movilidad de columna y cadera; luego, se debe fortalecer los músculos del core (abdomen, espalda baja y pelvis) para ayudar a estabilizar la columna vertebral y reducir el riesgo de empeorar la hernia.

Trabajo de movilidad

• Estiramiento apoyando brazos en banca enfocado en la retroversión y anteversión pélvica.
• Posición de cuadrupedia realizando una retroversión y anteversión pélvica.
• Posición de cuadrupedia, es decir, llevar la cadera hacía atrás apoyando glúteos con los talones, luego llevo el cuerpo hacía adelante y realizando una extensión de columna.

Ejercicios de fortalecimiento

• Puentes: Acostado boca arriba, flexiona las rodillas y levanta las caderas del suelo apretando los glúteos y el abdomen.
• Dead bug: Acostado boca arriba, mantén la columna vertebral en posición neutral. Estira los brazos por encima de los hombros y llévalos al suelo.

Para tener en cuenta antes de comenzar

Es crucial mantener una técnica adecuada para evitar movimientos que puedan causar molestias. Asimismo, comienza con ejercicios de baja intensidad y aumenta la dificultad de manera gradual, prestando atención a cómo responde tu cuerpo.