El exintegrante de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Gastón Garatea, dijo sentirse “espantado” por los decesos ocurridos en el sur del país durante la protesta ciudadana. “Lo que está pasando, las muertes en Cusco y Puno, son una especie de sacrilegio contra la razonabilidad peruana”, indicó.

“No puede seguir esto. El asunto no es dar plata. El tema es resolver los conflictos que no están resueltos. Creo que el gobierno tiene que intentarlo muy cara a cara. ¿Qué pasa en este país que la gente se mata? Esto no puede ser”, señaló.

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Cuando rememoró el número de muertos dijo que si se trata de explicar debe entenderse que en esa zona del Perú “hay una cosa que no se ha enfrentado”.

“La gente muere y los pueblos se quedan tranquilos. No hay proporción con lo que ha sucedido. No se puede matar a la gente impunemente. Nadie va preso”, manifestó.

Apuntó a la fiscalía en su rol y papel de esclarecer los hechos. “La fiscalía, la policía tienen que actuar rápidamente. Pero no con las ganas de castigar, sino que haga que la gente se entienda, que explique, que explique por qué hacen las cosas”, argumentó.

De otro lado, el sacerdote expuso que las necesidades de Puno tienen foco en el desempleo, el hambre y el futuro. “En Puno falta comida. Es lo primero que debemos tener en cuenta. Falta trabajo. En Puno falta futuro. La gente no tiene asegurado su futuro. Hay una situación de inestabilidad que hace muy fácil todo. Las cosas vitales se vuelven disparatadas”, sentenció.