La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, dejó el penal Anexo de Chorrillos tras pasar casi 400 días en prisión preventiva. A su salida del centro penitenciario dijo que se tomará un tiempo para reencontrarse con su familia y recuperar su salud.

Asimismo, sostuvo que el Tribunal Constitucional ha corregido un “gran daño” hacia su persona y el partido en lo que consideró “un proceso lleno de abusos y arbitrariedades”. No obstante, precisó que seguirá colaborando con la justicia.

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Mencionó que mientras estuvo privada de su libertad reflexionó y se dio cuenta de que pudo haber actuado mejor y que ahora tiene una misión adicional: ayudar a miles de hombres y mujeres que están en las cárceles sin sentencias.

Keiko Fujimori agradeció a Dios, a su esposo Mark Vito Villanella, a sus hijas, a su abogada Giulliana Loza, a su familia, a sus amigos, a los miembros del partido, a sus simpatizantes y a quienes se pronunciaron favor de un debido proceso.

También destacó el “trato profesional” y “humano” del Inpe. Antes de dejar el penal hizo un llamado a dejar de lado los odios y diferencias para “trabajar juntos” de cara al futuro.

La lideresa de Fuerza Popular es investigada por los presuntos delitos de lavado de activos y organización criminal, que según el equipo especial Lava Jato habría cometido durante el financiamiento de sus campañas políticas.