Los adultos pierden el 24% de su masa muscular entre los 40 y 70 años de edad. Este estado físico, propio del envejecimiento, se llama sarcopenia, condición que disminuye la fuerza, la resistencia corporal y la masa ósea, afectando la calidad de vida de las personas.

El desarrollo de los músculos se detiene después de los 30 años y comienza a disminuir gradual hasta en un 8% cada década. Esta reducción muscular está ligada al incremento progresivo de tejido graso y al debilitamiento de la inmunidad, pero no nos damos cuenta de estos cambios porque el peso corporal puede mantenerse pero el porcentaje músculo-grasa es diferente.  

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Cuando se cumplen los 60 años, este proceso de degeneración muscular se acelera; y con ello, el aumento de sufrir infecciones, la ralentización de la capacidad de curación y el incremento de los riesgos de mortalidad. Las mujeres pueden perder hasta en 59% de músculo, mientras que los hombres un 47%.

Hay que tener en cuenta que la sarcopenia se puede iniciar tempranamente si se tiene una vida sedentaria, por cambios hormonales o tener un déficit en nutrientes, proteínas y vitaminas. Para prevenirla es necesario incluir alimentos ricos en vitamina D, calcio, proteínas y otros nutrimentos en la dieta, además de realizar ejercicio adecuado.