El electo arzobispo de Lima, Carlos Castillo, sostuvo que ahora tiene el reto de “ser un don de Dios para los demás” y ayudar en lo que esté a su alcance para que la iglesia católica mantenga su cercanía con la gente, por ello -acotó- se debe tener en cuenta el sufrimiento de las personas.

“Nuestro pueblo necesita mucho cariño y cercanía (…) Nos vamos a encargar no de pedir milagros sino de convertirnos en un milagro para otros, todos”, remarcó.

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De otro lado, señaló que el machismo y el feminicidio se pueden vencer en la medida que “comprendamos nuestras heridas”, aceptemos nuestros límites y problemas, y empleemos la fuerza del amor.

Asimismo, destacó que la iglesia quiere y ama la democracia y opinó que debemos fortalecerla a través del diálogo y la discusión con altura. En ese sentido, cuestionó que las autoridades peleen por intereses propios más que por el de todos.

Añadió que en este momento siente que el pueblo le lleva la delantera y que ahora le corresponde a él estar a su altura.

El padre Castillo ofició una misa al aire libre en un parque del distrito de Lima. El sacerdote fue saludado por los fieles quienes lo felicitaron por su reciente designación.